La brisa de aire fresco le rozaba haciéndole despertar aquella mañana, junto con el despertador. Postró su suave mirada hacia aquel rostro divino, sobrehumano. ¿Cómo podía existir tal belleza en tal mujer? Su corazón palpitaba mientras anclaba en ella su mirada, sin duda, la amaba.
Por fin Cút había encontrado a su media-naranja, su yo en otras carnes, y es que era tal el parecido que lo único que les diferenciaban es aquello que los unía cada noche.
Minuciosamente se desperezó para seguidamente separar su cuerpo de la cama, como cada mañana, dejando atrás las sábanas, para prepararle el desayuno cuál hiciera su despertar el de la más bella princesa, encantadora.
Y con el desayuno ya en la cama, Fly agitó sus ojos y pudo ver el rostro del chico conocido tan solo desde hace un mes, suficiente tiempo para saber ya su salvación, su perdición.
Aquella chica, de cuyo pasado infame no quería pensar, finalmente, empezaba de nuevo a sentir, a vivir, reaccionando justo en aquel instante en que su ya chico la abrazó, la mimó, la besó y le susurró un dulce y delicado ¡buenos días!
5 comentarios:
Que preciosidad, yo quiero ser Fly, encontrar a alguién que sea mi salvación y mi perdición :)
Un beso enorme bonita
Puro, y mágico amor.
(Quiero a alguien como Cút).
¡Un beso! :)
Lo que puede llegar a ser el amor. Que tierno. Y romántico. Jamás hay que olvidar ese sentimiento.
Un beso!
Te invado esta entrada para decirte que, además de lo que has escrito, me he enamorado de la foto de la izquierda. Es increíble!!
Publicar un comentario