Todo vendrá con el paso del tiempo.

Cuando la lluvia se entremezcla con un rayo de sol y su reflejo forma el más sumo arco iris, observo tu efímero vuelo de gaviota, pasajera de la ciudad. Agitas mis entrañas al son del movimiento de las agujas del reloj de aquella iglesia, pudiendo ver tu angustia, más allá de esos ojos sollozos y esa sonrisa disimulada.
Dando vueltas en círculo, que inquieta, pasas todas las tardes nublosas buscándote, sin aún haberte podido encontrar.
Y es que desde aquí, al otro lado, miro tus inquietudes perpetuas, oigo tus inaudibles recuerdos que te matan de deseo, perforándote.
Que el tiempo no da marcha atrás pequeña Nina, que únicamente te encuentras tu en estos prados.
Pero no pienses en esa cabeza revoltosa que debes encontrar ya tu lugar, Nina, no compliques lo fácil.
Párate, relájate, muévete con el viento que todo vendrá con el paso del tiempo.