(Pájaros que le cantaban al viento, el que se posaba en sus cabellos negros)
La oscuridad no le daba miedo, no le hacía llorar ni estremecer como a muchos otros habitantes de aquella ciudad congelada, sí, del frío invierno, qué fatigosa navidad le rodeaba.
Pero aún con las calles oscuras y con la soledad de acompañante en aquella época que algunos osaban llamar alegría y luminosidad, a su corazón le debilitaba, haciéndole latir con menos fuerza, descendiendo su velocidad.
Su miedo en ese camino a casa se entrelazó con sus recuerdos y ella gimió entre sollozos: ''miedo al amor'' miedo a seguir siendo caminante sin tenerte como acompañante, pero cariño, todo esto me da fuerzas, el amor también me da fuerzas, para luchar y ganar la batalla, y tenerte, sí, de nuevo, aquí a mi lado.
3 comentarios:
Mágico.
El amor nos nutre y también nos puede destruir :) Hermoso.
"aquí a mi lado" Es perfecto
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